lunes, 13 de diciembre de 2010

Un Dia de Caza [MiniFanFic]


Personajes Principales: Bill Kaulitz, Luisa.
Personajes Secundarios: Marie, Alexis.
Resumen: Historia de 2 chicos que deciden un tener un noche de sexo despues del bar y que casualmente tienen vidas similares.

Historia
 
Recuerdo con claridad cómo me sentía ese día, tenía tantas ganas de salir a divertirme con mis amigas, de ir a bailar y beber todo el alcohol posible, y ¿Por qué no? Acercarme a aquel chico que siempre llamaba mi atención, claro ¡Era mi cumpleaños! Y merecía lo que deseaba; así fue que a las 8 de la noche, después de un largo día en la oficina y de aprovechar para salir más temprano, tomé una ducha relajante; empecé arreglar y acomodar un poco el departamento porque en cuestión de minutos llegarían mis amigas para arreglarnos juntas, vestirnos y criticarnos entre nosotras. Marie y Alexis llegaron puntuales como siempre, de inmediato me abrazaron en cuanto abrí la puerta, entraron con tanta alegría que casi tiraban uno de mis floreros favoritos de la mesita del centro, nos dirigirnos a mi recamara y empezamos a maquillarnos, arreglarnos el cabello, el perfume no podía faltar, y ni los atuendos elegantes; hasta que Alexis se levantó abrió mi guardarropa, fisgoneó un rato y sacó el vestido “Channel” que hacía 1 mes me había regalado mi ex novio antes de separarnos, era tan sexy y elegante a la vez; de tirantes bastantes finos con una espalda semidescubierta y ajustado al cuerpo, para mí era demasiado llamativo, pero ellas opinaban diferente decían cosas como “tienes lindas piernas, ¡Lúcelas!”, después de la carga positiva a mi autoestima y con seguridad bajamos al estacionamiento y subimos a mi camioneta, directo y sin escalas íbamos al “Classic Club” aunque el nombre del antro no era el adecuando el ambiente era espectacular, era obvio, ya nos conocían y teníamos preferencia, cuando llegamos noté como el chico del Valet Parking se había quedado con la boca abierta al verme tan provocativa y segura que lo amenacé si algo llegaba a pasarle a mi camioneta por su distracción, el se intimido pero solo bromeaba, seguimos nuestro camino, pasamos sin ningún problema y nuestro lugar era en una de las 5  zonas VIP, un sillón de cuero negro con una mesa que cambiaba de color por las luces, al instante nos llegaron los Martinis, pero mientras bailábamos a mi me preocupaba otra cosa, el chico con el que siempre cruzaba miradas aun no llegaba.

Eran las 12pm cuando lo vi entrar, llevaba un hermoso saco a rayas que acentuaba su torso largo, y unos pantalones de vestir ajustados, siempre lucia tan elegante, que me hacía perder el control y despertaba a una Luisa que nunca imaginé existiera en mí. La historia de cómo llegue a darme cuenta de su presencia era obvia, siempre llamaba la atención, pero 2 meses atrás mientras bailaba con mi ahora ex novio y en uno de mis pasos hacia atrás choque con él y derramó su vino en mi vestido, eso enfureció a mi ex pero a mí no, el vino no había manchado mi vestido negro, así que no tenía problemas, pero cuando me pidió disculpas sus ojos avellana penetraron los míos que solamente le dije un “estoy bien, gracias” y rozó mi cintura, en ese instante sabía lo que quería de él, ese roce había prendido la mecha del deseo por él.  

Esa noche cuando regresaba de la barra después de pedir otra ronda de bebidas en mi área, volví a chocar con él, nos miramos como por 10 segundos, y me dirigí hacia mi mesa con mis amigas,  mientras volteaba para saber si seguía mi camino, y así era notaba que me estaba mirando mientras le daba un sorbo a su Vodka, pasó su lengua por sus labios, que lo único que podía pensar esa tener su lengua entrelazada con la mía.

Marie se acercó seductoramente a mí para susurrarme al oído que desde que ese chico llegó no me quitaba la mirada de encima, “¿Que estas esperando? ¡Vamos ahora es tu oportunidad!” pero yo aun no estaba lista, no sin mi canción favorita como para invitarlo a bailar, y me fui con Amy a la cabina del DJ, cuando salimos de ahí era como un ser misterioso, parecía que me estaba asechando y esta vez me acorralo entre la pared de aquel estrecho pasillo, voltee para buscar a mi amiga pero misteriosamente había desaparecido, y yo solamente lo saludé. “Hola” dije tímidamente pero con una sonrisa picara.
-"Hola"- Me dijo mirando directo a mis ojos y con una gran sonrisa.
 En ese momento sonó en la pista “Lollipop” y reaccioné como una vampiresa, -“¿Bailas?
-“Por supuesto”. Y me tomó de la mano y nos dirigimos hacia la pista, la música parecía que se apoderaba de mi cuerpo, mis caderas al ritmo de la música, y él con su juego de manos insinuando un acercamiento de otro nivel, yo jugueteaba con su cabello que sobresalía de su cuello, todo lo llevaba recogido, se veía tan elegante y sensual, cuando pegaba sus caderas a las mías, cuando su respiración llegaba a mi cuello, cuando mis manos buscaban las suyas, cuando sus labios rosaban los míos como si fueran un imán, y yo me alejaba provocando una atracción de su pecho hacia el mío.
 -“¿Cómo te llamas?”-se acercó a mi oído tan seductoramente.
-“Luisa, ¿Y tú?”. Cuando acercaba mis caderas hacia él y daba una ligera vuelta sobre él recorriendo mis dedos sobre su cuello.
-“Bill, Me llamo Bill”- Y por fin noté su debilidad, sentí como se le quebraba la voz, lo tenía en mis garras, podría tener una noche inolvidable con aquel chico que me provocaba arrancarle la ropa.
Terminó la canción y había más que una atracción sexual entre él y yo.
-“¿Quieres algo de beber?”. Me ofreció amablemente señalando hacia la barra.
-“Claro, estoy sedienta”. Y nos dirigimos a la barra, durante el tiempo que estuvimos ahí, me enteré que tenía un hermano, venia de Los Ángeles, y casualmente su empresa y la mía estaban asociadas, vivía a 30 minutos de mi departamento, y estaba recién divorciado. El por su cuenta se enteró de mi reciente fracasado compromiso y de mi crecimiento en la empresa a la que servía, mi independencia, y el motivo de mi festejo ese día.  
No sé si ya eran las 2am o las 3am pero la noche era larga y todo podía pasar, cuando me invitó a su mesa después mientras dejábamos la barra sentí que debía actuar pero sin parecer una “gata”, el me dijo que esperara un poco que había olvidado su tarjeta en la barra, pero cuando voltee para  buscarlo con la mirada sorpresivamente choqué contra él.
-“¡Oh! lo siento, disculpa, ¿te lastimé?” Dijo él, con un tono de dulzura.
-“No, n-o, n-o, estoy bien, Gracias”- mientras le sonreía tímidamente por la forma en que ahora me hablaba era tan sensual pero tierno. Fue entonces cuando él decidió romper el hielo definitivamente y me tomó del brazo y me dirigió hacia su mesa, tomó mi copa y la dejó a un lado, me tomó las manos y se insinuó ligeramente, no quería apresurar las cosas, que tal si quería una noche de sexo o algo más, todo podía pasar, no quería arriesgarme otra vez, así que decidí jugar su juego,  tomaba sus manos y mas ponía sobre mis caderas, movimientos lentos hasta que él volvió a decirme algo.
-“Soñaba con que llegará este día”- Comentó cuando yo me agachaba para tomar mi copa.
Giré hacia él y tomé su bebida y la hice a un lado, me levanté y me acerqué lentamente hacia él, podía sentir como su corazón palpitaba contra mi pecho, y jugaba con su mirada y me alejaba cuando su boca buscaba la mía. Me tomó con fuerza de la cintura y con su otra mano me acarició el cuello y rozó sus labios contra los míos, poco a poco, sentía su lengua recorrer mis labios, después como una ola salvaje nos besamos con furia. “¡Dios Mío! Es tan buen besador" pensé, no podían quedarme atrás y al final unas leves mordidas de su labio inferior y acariciaba lentamente la suya.

Olvidé a mis amigas y decidimos irnos del lugar, nos dirigimos hacia mi departamento que era el más cercano, mientras intentaba abrir el me abrazaba de mi cintura y besaba mi nuca, eso me hacia debilitarme, entramos y seguíamos el juego de besos y caricias, él tenía en control y a mí me fascinaba, me acorraló entre la él y la pared, una de sus manos rodaban y bajaba lentamente entre mis senos, después bajó hacia mis caderas y acariciaba mi muslo, tomó mi pierna he hizo que lo abrazara  con la pierna mientras acariciaba mis muslos, con su otra mano poco a poco desabrochaba su saco, y yo acariciaba su torso; entramos a la recamara, lo guié y lo aventé contra mi cama y me monté sobre él, el me abrazó y bajó lentamente el cierre del vestido, mientras besaba mi cuello, yo le arranqué la camisa; me tomó con fuerza y me arrojó hacia él y ahora habíamos cambiado los papeles, el estaba encima mío y me despojó completamente de mi vestido, solamente estaba en una sexy tanga, el disfrutaba mirando y se bajó los pantalones, después se abalanzó sobre mi y su lengua recorría todo mi torso sentí sus dientes sobre mi vientre, estábamos a punto de explotar de la sexualidad del momento.  

-“Siempre quise saber como lo hacias, abrazame con tus piernas”- Me susurraba al oído con tanta excitación.
-“Yo igual, pero no hablemos, disfrutemos esto”- cuando lo tomé del cuello y lo dirigí hacia mí.

Las 8 de la mañana, el rayo de luz que entraba entre mis cortinas de despertó, miré hacia la ventana y vi ropa regada por toda la habitación, mire si lo tenía a mi lado, y así era, la sabana cubría desde sus caderas hacia la mitad de sus pantorrillas, me acerqué y acaricié su cabello, me levanté con discreción no quería despertarlo, se veía tan tierno, quien podría imaginar que aquel chico casi destruye mi habitación con tanta rudeza.
El baño estaba listo como todas las mañanas, y me di una ducha, escuché un poco de ruido, sabía que ya se había levantado, entró al baño y nos duchamos juntos, entre besos y caricias, realmente no quería que ese momento acabara.
-“¿Cómo amaneciste?”- preguntó mientras acariciaba mi espalda.
-“Muy bien, Gracias”- Cuando volteaba para robarle un beso, un beso que podía significar el de despedida.
-“Es tarde”, me dijo y se salió. Después el tomó su bata y salió tan rápido como entró, yo seguí unos minutos más y después dejé de escuchar ruido, salí del baño y sus cosas ya no estaban, me sentía confundida, pero sabía que si el decidía irse no iba a obligarlo a quedarse conmigo, al final fue un “dia de Caza”. El tiempo nos dirá si esa noche merece repetirse o volvernos a encontrar. 

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